Se puede afirmar que Billie Holiday (Eleanora Fagan Gough, apodada Lady Day (n. Filadelfia, 7 de abril de 1915 - f. Nueva York, 17 de julio de 1959) volvía a componer las canciones interpretándolas, con la fuerza creativa y todas las reservas de oficio que puede tener un gran solista improvisador. Pero la improvisación en Billie no es evidente: está en el particular modo de acentuar, en la emoción puesta en el timbre al servicio de cada palabra dicha, de cada idea expuesta. Billie es también famosa por haber dado profundidad a canciones superficiales.
Ese tan particular modo suyo de elaborar las frases, evitando las soluciones obvias y los lugares comunes, experimentó una evolución notable con el pasar de los años, volviéndose cada vez más complejo, a veces excéntrico, pero siempre rico y sorprendente. A esta evolución debemos sumar los cambios en la calidad tímbrica de su voz, que en los inicios de su carrera era punzante y límpida, volviéndose, hacia el final de su vida, amarga y casi ronroneante.
En estas grabaciones, conmovedoras y de una extraordinaria belleza, Billie fuerza los límites de su extensión vocal, sobre todo en el registro bajo, donde se vuelve más insinuante que explícita. Su fraseo se convierte, entonces, en algo más tortuoso, doloroso y dramático. Algunos han captado en estas grabaciones una estética expresionista que antes le había sido ajena.
Ray Ellis escribió los arreglos y dirigió la orquesta, que no es una orquesta de cuerdas, sino una banda con el agregado de cuerdas (muy del gusto de Billie y de otros cantantes), para estas tomas realizadas entre el 18 y el 20 de enero de 1958, en Nueva York. Allí había grandes personalidades del jazz, como el pianista Hank Jones, los trombonistas J.J. Johnson y Urbie Green y el pianista Mal Waldron.
Billie Holiday murió al año siguiente de realizar este trabajo en Nueva York el 17 de julio de 1959. Tenía 44 años.
Ese tan particular modo suyo de elaborar las frases, evitando las soluciones obvias y los lugares comunes, experimentó una evolución notable con el pasar de los años, volviéndose cada vez más complejo, a veces excéntrico, pero siempre rico y sorprendente. A esta evolución debemos sumar los cambios en la calidad tímbrica de su voz, que en los inicios de su carrera era punzante y límpida, volviéndose, hacia el final de su vida, amarga y casi ronroneante.
En estas grabaciones, conmovedoras y de una extraordinaria belleza, Billie fuerza los límites de su extensión vocal, sobre todo en el registro bajo, donde se vuelve más insinuante que explícita. Su fraseo se convierte, entonces, en algo más tortuoso, doloroso y dramático. Algunos han captado en estas grabaciones una estética expresionista que antes le había sido ajena.
Ray Ellis escribió los arreglos y dirigió la orquesta, que no es una orquesta de cuerdas, sino una banda con el agregado de cuerdas (muy del gusto de Billie y de otros cantantes), para estas tomas realizadas entre el 18 y el 20 de enero de 1958, en Nueva York. Allí había grandes personalidades del jazz, como el pianista Hank Jones, los trombonistas J.J. Johnson y Urbie Green y el pianista Mal Waldron.
Billie Holiday murió al año siguiente de realizar este trabajo en Nueva York el 17 de julio de 1959. Tenía 44 años.
1. I'm a Fool to Want You
2. For Heaven's Sake
3. You Don't Know What Love Is
4. I Get Along Without You Very Well
5. For All We Know
6. Violets For Your Furs
7. You've Changed
8. It's Easy to Remember
9. But Beautiful
10. Glad to Be Unhappy
11. I'll Be Around
12. The End of a Love Affair (Mono)
13. I'm a Fool to Want You (take 3)
14. I'm a Fool to Want You (take 2)
15. The End of a Love Affair (stereo)
16. Pause Track
FUENTE: Los textos y las imagenes están tomadas de una serie de posts que fueron publicados hace tiempo en Taringa! por uno de sus mejores miembros: Filiby
Les paso el link delprimer post de la serie: http://www.taringa.net/posts/musica/2268858/1001-discos-que-debes-escuchar-antes-de-morir-1.html
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